Érase una vez un granjero que encontró una pequeña águila malherida. Como era un hombre de buen corazón, decidió llevársela a su granja para curarla y darle una vida digna junto al resto de sus animales. Pasaron los días y cuando el águila ya estuvo totalmente repuesta de sus heridas, el granjero la instaló en su corral, donde pronto aprendió a comer la misma comida que los pollos y a comportarse igual que ellos.
Un buen día, un naturalista que pasaba por allí le preguntó al granjero:
- ¿Por qué esta águila permanece encerrada en el corral con los pollos y las gallinas?, ¿es que no puede volar?.
Y el granjero le contestó: La encontré hace tiempo herida en el bosque y, como le he dado la misma comida que los pollos y la he criado junto a ellos, no ha aprendido a volar. En realidad, ya es un pollo más; ha dejado de ser un águila.
-Es muy hermoso lo que has hecho por ella. Sin embargo, tiene corazón de águila y, créeme, puede volar. ¿Que te parece si la ponemos en situación de hacerlo?.
El granjero le dijo que él nunca se lo había impedido, que si quería volar ya lo hubiera hecho. pero el naturista era muy tenaz. Así que, muy temprano, al día siguiente, llevó al águila a la montaña más alta de los alrededores. Y una vez en la cima, la cogió con ternura y le miró a esos ojos inundados de miedo, susurándole:
-es natural que tengas miedo. Pero ya verás como vale la pena intentarlo. Podrás recorrer distancias enormes, lugares increíbles, jugar con el viento y conocer a otras águilas. Eres un águila: abre las alas y vuela...
El águila miró primero en dirección a la granja lejana, y , después, hacia el cielo. Entonces, el naturalista le levantó hacia el sol y, de pronto, el animal desplegó sus entumecidad alas y, al fin, con una graznido triunfante, voló y voló alejándose hacia el horizonte...Había recuperado sus posibilidades.
Es una buena introducción al tema que vamos a comenzar, ¿no?. hay que afrontar nuestros miedos, reducir los obstáculos que limitan nuestro potencial. Todo depende de donde pongamos nuestra atención: en la roca o en nuestros brazos para apartarla del camino.
Adaptación de un cuento tradicional de Ghana, El águila que no quería volar.
Flor.