domingo, 9 de noviembre de 2008

(Re) conociéndome

De pronto abrió los ojos y observó exhausta cómo su cuerpo de desdoblaba; se frotó los ojos como si de un sueño profundo se tratase y al poco de comprobar que aquella figura extraña era ella misma volvió a tumbarse velozmente y cubrió su cuerpo entero con el viejo edredón de plumas. Al cabo de un rato, Violeta dejó asomar su rostro y al percatarse de que todo había vuelto a la normalidad, encendió la lamparilla de la mesa de noche y caminó hasta el baño en busca de unas gotas de agua.
-¿Qué ha pasado?- se preguntó a sí misma.
A la mañana siguiente la niña no dejaba de pensar en lo ocurrido.
–¡Seguro que fue un sueño!- se repetía una y otra vez, aunque en el fondo una tremenda curiosidad le acometía.
Como era costumbre, tras el desayuno comenzó a hacer su cama, y cuál fue su sorpresa que bajo el colchón encontró una nota de papel que decía así: “¿Quién eres?”
-¡Cómo que quién soy!, ¡soy Violeta!- dijo Violeta enfadada. -¡Si esto es una broma no tiene ninguna gracia!- exclamó recorriendo su habitación con la mirada.
La niña bajó corriendo las escaleras y se dirigió al jardín.
-Mamá, ¿has dejado tú esta nota bajo mi cama?
-No hija. ¿Qué dice la nota?, déjame ver.
Violeta le dio el papel a su madre.
Su madre sonreía mientras observaba aquellas palabras escritas.
-No lo he escrito yo, aunque tengo una ligera idea de quién ha podido ser.
-Dime mamá, porque no me hace ninguna gracia. Anoche, mientras dormía, vi a alguien..., alguien muy parecido a mi, ¡era igual que yo!, ¿es una broma verdad?, ¿quién me está haciendo esto?
-Ay Violeta...., ven conmigo.
Las dos fueron al salón y se acomodaron en el sillón verde. Inmediatamente después, su madre sacó de una caja de flores un álbum de fotos en cuya portada se podía leer: “Violeta: primeros pasos”, y se lo entregó a su hija.
-Esta eres tú- le dijo su madre señalándola.
-¿Esta soy yo?, ¡qué pequeñita!
Estuvieron cerca de tres horas mirando aquellas viejas fotos, recordando momentos especiales, reconstruyendo la vida de Violeta. Ella necesitaba responderse.

1 comentario:

ANTONIO RODRÍGUEZ dijo...

¡Qué sugerente relato! Para sentirse creativo/a hay que afrontar, entre otros, el reto constructivo de aportar respuestas aproximativas a este interrogante básico: ¿quién soy? Recuérdame que en la próxima clase hablemos sobre este tema. Tiene mucho que ver con el fin último de la creatividad y su carácter instrumental para alcanzarlo, así como con el concepto de calidad de vida como valor procesual. Saludos. ANTONIO RODRÍGUEZ